El modelo tradicional de distribución de analizadores de química ha fallado en los sistemas de salud emergentes. Los fabricantes premium diseñan para las condiciones ideales de laboratorio que se encuentran en los hospitales occidentales: agua DI prístina, control de temperatura perfecto, presupuestos enormes, y luego intentan adaptar estas soluciones para las regiones en desarrollo.
La evidencia de este fracaso se encuentra en laboratorios de Kenia, México, Guatemala y Europa del Este. Antiguos analizadores Beckman reacondicionados que eran inapropiados cuando eran nuevos y son peores después de años de servicio. Equipo comprado porque era asequible pero nunca diseñado para los desafíos de infraestructura de los mercados emergentes.
Mientras tanto, las pruebas básicas de química - glucosa, creatinina, enzimas hepáticas - siguen fuera del alcance de millones de pacientes cuyo tratamiento depende de estos resultados.
Una mejor manera reconoce que los analizadores de química deben trabajar con la infraestructura que existe, no con la infraestructura que los fabricantes desearían que existiera.
Los analizadores de química HTI pueden usar agua del grifo en lugar de requerir costosos sistemas de agua DI. Mantienen la precisión cuando las condiciones no son ideales. Están respaldados por equipos regionales que entienden que cuando un analizador falla, no es solo el tiempo de inactividad del equipo: son pacientes diabéticos sin monitoreo, enfermedades renales no detectadas y casos cardíacos que pierden biomarcadores críticos.